jueves, 23 de octubre de 2014

¡CASTIGADO ESTA SEMANA NI ENTRENAS NI HAY PARTIDO!


Ayer, en la típica reunión de padres de jugadores (en mi caso infantiles), se tocó el tema de los estudios y de que se les controlarían las notas para jugar o no el partido del fin de semana. La mayoría de padres asintieron aprobando la medida, pero yo me negué en rotundo.
Verán, tengo un hijo que suspende, como todo el mundo, las asignaturas que no le gustan o le dan más pereza, o para las que no tiene ningún talento. La responsabilidad de ello es mía y sólo mía. Está bien que les inculquen el deporte desde el estudio, pero después de leer un artículo de una compañera de certificación, la psicóloga “Yolanda Cuevas” (le pedí permiso para publicarlo porque creo que simplemente es genial), intentaré que hagamos una pequeña reflexión. Todo el mundo tiene derecho a pensar sobre el tema lo que considere oportuno y mejor para sus hijos:
¡CASTIGADO! ESTA SEMANA NI ENTRENAS, NI HAY PARTIDO, ASÍ APRENDERÁS…. 
Todos conocemos esta frase pero, ¿sirve de algo? Sabemos la gran lista de beneficios físicos que tiene el deporte:
- fortalece los músculos y huesos.
- previene la obesidad. 
- previene el riesgo de enfermedades tales como la diabetes.
- puede corregir posibles defectos físicos.
- ayuda a coordinar movimientos.
- estimula la higiene y la salud.
- duermen mejor…
Pero, ¿y cómo herramienta educativa y psicológica? El cerebro de un niño/a deportista es más activo, la atención y la concentración toman protagonismo, escuchan, asimilan, actúan según directrices de sus entrenadores y a la vez se centran en movimientos sin perder de vista a sus compañeros. Es su día a día en el entrenamiento.
Su práctica fomenta el ser perseverantetolerar el error propio y el de los compañeros y aprender de elloscomo parte del proceso de  aprendizaje. Los niños se sienten de este modo protagonistas activos de su aprendizaje repercutiendo de una manera valiosísima en su autoconfianza,autoconcepto y autoestima, compañeros de viaje a lo largo de todas sus vidas.
Cada día que privas a tu hijo/a de la práctica deportiva impides su desarrollo físico, mental y de su larga lista de beneficios. Desde pequeños la clave es establecer los límites con firmeza y alternativas educativas ingeniosas para queel castigo sea la excepción y no la regla. En muchos casos, el castigo extingue la conducta de manera puntual, pero la raíz del problema no se soluciona y muchos niños/as siguen “haciéndola” cuando pueden o cuando creen que no les ven.
El castigo de moda: “Te dejo sin…” Está demostrando que no es efectivo y de allí conocidas expresiones: “le da igual que le deje sin…” Porque para que sea castigo educativo tiene que suponerle un esfuerzo, algo que le ayuda a autocontrolarse. Si le castigas sin ir a entrenar no sólo no hace el esfuerzo que tenía que hacer para desplazarse, sino que además deja de hacer lo que estaba haciendo, no cumple con el compromiso que tiene con sus compañeros etc… Es decir, estás fomentando la no responsabilidad. Reflexión: pautas claras y dialogo en el momento adecuado para transmitir las normas es la clave para un nuevo comienzo.
Aprenden a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, a experimentar emociones, a controlar la impulsividad en unos casos y vencer la timidez en otros, a reducir la ansiedad; a respetar las normas, al entrenador, a los jugadores rivales y a los árbitros. Aprenden a aumentar su confianza (porque de cada uno depende el resto del equipo),  se crean lazos de ayuda entre ellos, se fomenta la colaboración, se promueve una mejor gestión del tiempo al tener que estudiar o hacer deberes, les enseña a fijar metas, les desarrolla habilidades como el pensamiento estratégico, la capacidad de liderar, se les desarrolla pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes, se les enseña a ser responsables y a cumplir con lo que uno se compromete y se comienza a desarrollar el hábito deportivo.
Entonces, desde mi punto de vista como padre, como entrenador y como coach deportivo, ¿qué ganas castigando a tu hijo sin entrenar o jugar? ¿Tendrá más tiempo para estudiar? Posiblemente sí, pero ¿usará ese tiempo para ello? Los expertos dicen que hay un límite, que cada 45 minutos se debe dar un descanso, ¿entrenando a media tarde en lo que les gusta y les motiva? Si tu hijo está muy comprometido con el grupo, con su deporte, con darlo todo entrenando…

¿Qué mensaje le estamos dando si le quitamos, por ejemplo, el partido? ¿Se ha esforzado? ¿Ha cumplido con su compromiso? ¿Crees que debería obtener su premio y apoyarlo el sábado en la competición? El día es sobradamente largo para que dé tiempo a todo, sólo hace falta un plan de acción para que organicen su tiempo, para que aprendan a hacerlo. Dejemos que desarrollen su talento, que experimenten para encontrarlo. No digo que vivan del deporte y menos del nuestro, aunque quién sabe s¡ algunos se ganarán la vida con esto el día de mañana…ya sea jugando, entrenando, arbitrando etc.  Lo que sí creo es que esta forma de aprendizaje les puede aportar otras muchas cosas en su vida.
Nuestra educación está hecha para sacar personas en serie con un pensamiento y habilidades comunes. Empecemos a dejar volar el talento de las personas para que luchen por sus sueños. ¿Os preguntáis que notas sacaban Rafa Nadal, Miguel Induráin, Michael Phelps, etc…? ¿Y si sus padres hubieran coartado su talento por un par de suspensos de mates? Lo que la sociedad se hubiera perdido…
Pensar que cuando castigáis a vuestro hijo, castigáis a todo el grupo:al entrenador y a los padres que no lo hacen. Porque todos somos una gran familia con la que nos comprometemos al inicio de la temporada y si un miembro de ella falla, todos lo sufrimos.
ARTICULO BASADO EN EL DE MI COMPAÑERA LA PSICOLOGA Y COACH YOLANDA CUEVAS.

domingo, 5 de octubre de 2014

¿Cómo se formaron las estrellas de la Selección?

La ‘tricolor’ volvió con pie derecho al Mundial. Detrás de este logro hay una generación que demostró que la formación para el deporte vence la adversidad.

David Ospina, arquero de la Selección Colombia.


Los jugadores de la Selección recorrieron diferentes caminos para llegar a la gloria, pero comparten algo: fueron sometidos desde muy jóvenes a una rigurosa formación que les exigió dedicación, compromiso y sacrificio. Los frutos se ven hoy, pero la semilla fue sembrada década atrás.

Las estrellas de la selección

David Ospina

Se formó en la escuela de fútbol Alexis García, en Medellín. Muy temprano, su proyección dio para que el entonces presidente de Atlético Nacional, Víctor Marulanda, comprara sus derechos deportivos. Tenía apenas 15 años cuando ingresó a las inferiores del club.

De la mano de Fabio Calle, preparador de arqueros del club verdolaga, tuvo que perfeccionar el saque, el juego con los pies y los balones aéreos. Gracias a su preparación técnica y mental logró convertirse en el 2007 en el guardameta más joven en quedar campeón en Colombia, con apenas 18 años.

Esta buena actuación sirvió para que al año siguiente fuera comprado por el Niza de Francia, equipo con el que alcanzó su madurez futbolística hasta convertirse hoy en el ángel guardián de la Selección.

Camilo Zúñiga

 


Los zapatos no le duraban más de 15 días, pues se la pasaba pateando balones en la cancha La Palma, de Chigorodó, su pueblo natal. Fue en este lugar donde se inició como delantero y fue fichado por Atlético Nacional en 1999, cuando apenas tenía 14 años, para que hiciera parte de las divisiones menores del club. En el equipo verdolaga, ante la poca oportunidad que tenía como goleador, tuvo que aprender labores defensivas para convertirse en lateral.

En el 2008, luego de obtener dos títulos con Atlético Nacional, partió al fútbol italiano: primero llegó a Siena F.C y un año después a Napoli, donde es considerado hoy, según el periódico The Guardian, uno de los 100 mejores jugadores del mundo.

Juan Cuadrado




Cuadrado, nacido en Necoclí, en el Uraba antioqueño, desde muy pequeño se le cerraron las puertas. Fue rechazado de clubes como Atlético Bucaramanga, Deportivo Cali y Boca Juniors de Argentina, porque “decían que era muy bajito y flaquito”, cuenta el técnico Nelson Gallego, en el documental Diario de un sueño.

Fue precisamente Gallego el que lo sometió a un riguroso plan que incluía vitaminas, creatina y ejercicio de fortalecimiento muscular, para que ganara contextura física.

Gracias a esta formación, el jugador recibió la oportunidad de hacer parte de Independiente Medellín entre el 2008 y el 2009, equipo con el que se consolidó y pudo dar el paso al fútbol de Italia, donde hoy deleita al mundo con sus gambetas.

Falcao García

 


Jorge Álvarez, periodista que siguió los primeros pasos de Falcao, asegura en el documental La esperanza de Colombia de ESPN, que el delantero colombiano marcó 486 goles como jugador amateur, mientras hacía parte del equipo Fair Play de Bogotá, entre los 8 y 13 años.

Esta actuación le sirvió para convirtirse en el futbolista más joven en disputar un partido oficial en Colombia, a los 13 años con el club Lanceros de Boyacá, de la primera B.

En el 2001, fue reclutado por River Plate de Argentina, donde además de ténicas de cabeceo, desmarque y definición, aprendió a tener fortaleza. Años después, en el 2006, en su primer año en la primera división del fútbol gaucho sufrió una rotura de ligamento cruzado que por poco lo saca del deporte, pero 10 meses después pudo volver a las canchas e iniciar una carrera exitosa que continúo en Porto de Portugal, Atlético de Madrid y ahora Mónaco F.C.

¿Cómo se hace un jugador?


Durante la primera etapa, en las categorías infantiles, que agrupan niños entre los 6 y 11 años, “la formación debe ser universal, integral y polideportiva, porque más adelante el chico puede escoger otra disciplina”, explica Jorge Griffa en su libro Programa de enseñanza y perfeccionamiento juvenil.

El ciclo competitivo y de alto rendimiento empieza desde los 12 años. A esa edad los mejores ingresan a las canteras de los clubes. Durante esta etapa, aparte de fundamentar aspectos tácticos y potenciar habilidades, se realiza una orientación hacia metas de autosuperación, liderazgo, responsabilidad y trabajo en equipo.

“El chico tiene que entender que pase lo que pase ya es un ganador”, afirma Griffa.

Entre los 16 y 17 años, se lleva a cabo un proceso selectivo muy fuerte para que, mínimo, a partir de los 18 años, los jugadores estén en el fútbol profesional.

“El proceso de formación exige la integración de diversas áreas como psicología, sociología, pedagogía, antropología, biología y nutrición. A la hora de seleccionar a los mejores hay que tener en cuenta todas estas dimensiones, no solo ver talento presente, sino la proyección a futuro”, explica Orlando Blanco, decano de la facultad de Ciencias del deporte de la Universidad UDCA.

Durante el proceso, los clubes deben contar con un psicólogo deportivo, quien se encarga de “canalizar las tensiones agresivas que amenazan la convivencia. El acento debe estar puesto más en la autosuperación que en la competitividad, pues el deporte es un eje formador que genera valores, conocimientos y comportamientos”, explica Liliana Céspedes, especialista en psicología deportiva.

Claro que la posibilidad de entrenarse en un club no siempre es factible para todas las familias. Por ejemplo, los menores que pertenecen a las escuelas de fútbol de Santa Fe, en Bogotá, deben pagar entre 240 y 280 mil pesos de matrícula; y entre 150 y 180 mil pesos de mensualidad.

Esta generación dorada del fútbol colombiano es fruto de un proceso. 15 de los 23 jugadores que nos representan en Brasil pasaron por los seleccionados sub 17 y sub 20 de Colombia. No se trata de formar muchos Falcaos, sino de hacer mejores seres humanos. Al fin y a al cabo, el partido dura 90 minutos, pero la vida se juega cada segundo.

Articulo tomado de semana.com

Escuelas de Fútbol En Su Mejor Momento

Las escuelas de formación futbolística deben su auge de inscripciones a la destacada participación de la Selección Colombia en el Mundial Brasil 2014, pues durante las últimas semanas, sus inscripciones han aumentado en un 60%.

Dinero.com consultó a las principales escuelas de formación futbolística de Bogotá y todas, aseguraron que durante la época mundialista las inscripciones fueron muy reducidas ya que los niños y los padres preferían estar en sus casas o de viaje disfrutando de los partidos.

Pero en las dos últimas semanas, los teléfonos no han parado de sonar; a diario cerca de 15 padres de familia se acercan a las escuelas porque el sueño de que sus hijos sean los próximos James Rodríguez, Radamel Falcao, Juan Guillermo Cuadrado o David Ospina se disparó. Pero no sólo nuevos talentos se han interesado, jóvenes que habían determinado retirarse de sus escuelas han regresado para continuar soñando con ser futbolistas.

En promedio, en Bogotá las escuelas tienen un costo en la matrícula de $200.000, sin embargo, los montos varían según el estrato socioeconómico. Para escuela, los niños toman clases los fines de semana y sólo un día entre semana, para lo que deben pagar sus padres una mensualidad que oscila entre los $30.000 y los $150.000. Al ingresar, con el pago de la matrícula, los niños son acreditados como alumnos en sus escuelas y tienen derecho a un kit deportivo (que cambia según la escuela y el rector) que consta de 2 camisetas de competencia, pantaloneta, dos pares de medias y un peto de entrenamiento que significa el look o la moda con la que se presenta el equipo en sus entrenamientos.

La carrera futbolística ¿con o sin estudio?


Rectores, administrativos y directivos consultados señalaron que en promedio, en sus escuelas tienen de a 100 a 200 niños inscritos entre los 6 y 13 años de edad. Estos chicos inician su formación como futbolistas y al cumplir el límite de edad (12 o 13 años) las escuelas determinan, en pruebas clasificatorias si los ascienden al club para continuar su formación juvenil.

La gran mayoría de los niños que participan de la formación futbolística, distribuyen su tiempo entre sus estudios académicos y el deporte, no obstante, muchos alumnos que son promovidos a los clubes o que tienen la posibilidad de ascender en su carrera deportiva, abandonan el colegio o no consideran ingresar a la universidad.

Los rectores de las escuelas critican que hoy, ni la Federación Colombiana de Fútbol, ni la Di mayor ni Di fútbol, les exijan a sus jugadores un nivel educativo, por lo que Europa nos lleva demasiada ventaja en este aspecto.
Una vez los jóvenes futbolistas que logran demostrar sus fortalezas en la escuela, son promovidos y en su mayoría becados a los clubes. Allí, aumentan el rigor y la exigencia de los entrenamientos que usualmente se realizan cuatro días a la semana y compiten los fines de semana. Un jugador en club tiene un una alta competencia porque de allí, cuando cumplen los 17 años, pueden dar el salto a los equipos de la categoría A o B, según las alianzas que la escuela o el club tengan en ese momento. Como señalan los directivos y entrenadores, lo que importa en este momento de la carrera de los jóvenes es exponer su talento.

Sin recursos, sin carrera


La mayoría de jóvenes que ingresan a los clubes alcanzan el mérito por su destreza, ganas e interés por el deporte. Sin embargo, al ser becados en su mayoría, los clubes deben buscar financiamiento y recursos externos para desarrollar a las futuras estrellas del deporte. Dependiendo del club, en oportunidades el joven puede ayudar con el pago de media mensualidad o consiguiendo sus recursos.
“Mucho talento se pierde porque no hay el dinero suficiente para estar vinculados en la formación deportiva. El país está exigiendo un ministerio del deporte porque ya está demostrado que lo que hay es disciplina y talento en nuestros jóvenes”, aseguró Gustavo Restrepo, uno de los directivos consultados que lidera la Corporación Deportiva Jaguares.

Tomado de dinero.com

La Familia Como Equipo

Por: © Roberta Maso-Fleischman, PhD.

Mis queridos Papás, muchos de Uds. son asiduos lectores de este sitio web y también me consultan muy a menudo. Lo cual me gratifica enormemente.
He tratado de encontrar una manera para transmitirles a Uds., Papás, los beneficios de implementar La Reunión Familiar y de mantener una comunicación abierta, compartir un poco de poder con el resto de la familia y fomentar el espíritu de unión y de cooperación. ¿Por qué quiero convencerlos a Uds.? Porqué Uds. son el eje de sus familias y cuando Uds. le ven el valor o beneficio a algo, van apoyar a sus esposas y van a impulsar el cambio.
Sin Uds. es cambio no se va a dar.
Así que se me ocurrió enfocar el cambio que propongo en Padres e Hijos haciendo una analogía con el estar en un equipo de béisbol o fútbol.
En estos equipos:
  • Los jugadores están unidos por unas metas comunes: a entender, jugar lo mejor posible, ser un equipo tan bueno como sea posible
  • En estos equipos los jugadores tienen sus roles claramente definidos. La comunicación entre el entrenador y los jugadores es clara.
  • Los jugadores saben que el éxito del equipo va a depender de cada uno de ellos. Cada uno sabe que es importante para su equipo.
  • Los jugadores se sienten identificados y comprometidos con el equipo.
  • Todos aportan de acuerdo a sus destrezas.
  • Los jugadores se sienten que son necesarios, útiles y quieren aportar lo mejor de si.
  • Los jugadores se sienten unidos y se apoyan el uno al otro en el logro de la meta.
  • Los jugadores se sientes orgullosos de su equipo.

Pensemos ahora como aplicar esta experiencia de equipo a una familia. Imaginémosno la familia López.
Tal cual como un equipo de béisbol o fútbol (soccer) los López, padre y madre, conversan y establecen metas comunes para su familia. Estas metas están basadas en los valores más importantes para ellos. Estos podrían ser, el ser honrado, el ser exitoso, el ser buen deportista, el ser trabajador, el ser sociable, el tener una familia unida, el ser respetuoso, el ser ordenado, el ser colaborador, el ser responsable, el ser líder de la comunidad, el luchar por la comunidad latina, etc.

En el momento en que Los López tienen esta conversación, tienen un solo hijo, Pablito, de 1 año. El establecer metas para la familia, el examinar que valores son importantes para ellos ayuda al Sr. y Sra. López a esclarecer lo que esperan de sus hijos más adelante, es decir, a tener una visión de ellos dentro del marco de valores de la familia López.

Al mismo tiempo la madre establece la rutina diaria, los límites, los hábitos, etc. para Pablito, para darle a su primer hijo una estructura, unas paredes entre las cuales él pueda explorar, jugar y aprender.
Pablito crece y da muestras de algunos rasgos de carácter que agradan a sus padres, por ejemplo, patea bien una pelota, muestra mucho interés al armar sus rompecabezas, presta atención cuando le leen un cuento. Los padres disfrutan de él y de verlo crecer.

Ahora los padres empiezan a darle tareas y pequeñas responsabilidades, explicándole claramente que ¨en esta casa toda tenemos tareas. Papá hace tal cosa, mamá hace tal otra y tu nos vas ayudar haciendo tal……..¨

Al niño no se le exige perfección, pero sí un esfuerzo al cumplir sus responsabilidades.

El niño siente que es importante para sus padres, que contribuye a la familia, que lo que él hace vale. Se siente muy tomado en cuenta.

Los López se sienten muy contentos con su hijo, porque sienten que tienen una familia unida, y que su hijo no les causa mayor problema.

Nace el segundo hijo, Daniel. Después de un periodo difícil Pablito llega a acostumbrarse a Daniel. Hubieron momentos en los cuales Pablito no estaba muy seguro si sus padres lo querían igual que antes del nacimiento de Daniel. Sus padres conversaron con él y ahora Pablito se siente seguro del afecto de sus padres y de su lugar en la familia. Sabe que su aporte, sus tareas, sus logros son importantes para sus padres. El percibe que sus padres se ponen contento con él cuando demuestra que puede cuidar a su hermanito. Poco a poco descubre que su hermanito hace cosas divertidas y le gusta pasar algunos momentos jugando con él.
Danielito crece. A la madre le resulta sumamente fácil que Danielito acepte las normas de la familia, porqué Danielito ve a su hermano mayor y quiere imitarlo en muchas cosas.

La madre y el padre están muy interesados en saber qué tipo de niño será Daniel. Piensan que se parece a Pablito en que muestra aptitud para los deportes pero es mucho más bullicioso y mucho más enérgico que Daniel. Le gusta reírse y echar bromas, le gusta hacer reír y entretener a los demás.

Los niños siguen creciendo. A Daniel le tocan también sus responsabilidades y, como Pablito, cumple con ellas, pero le da su toque personal, se mueve, canta, salta cuando las hace. Daniel siente querido e importante. Le gusta saber que es tan valioso como Pablito, pero se siente diferente. Le gusta hacer reír a Pablito, no le gusta verlo serio. Sabe que sus padres disfrutan de él, de sus disparates y chistes y de cómo juega fútbol, y sabe también disfrutan de Pablito y de sus cosas. Por ejemplo, en fútbol, Pablito es muy buen arquero mientras que él, Daniel, es muy buen delantero.

Desde que Daniel tuvo 5 años y Pablito 8, la familia se reúne para tomar decisiones que tengan que ver con las vacaciones, o paseos, o con las responsabilidades de cada quien, o para discutir problemas que puedan surgir en la escuela o en la familia. Los niños no temen hablar con sus padres, saben que sus padres los van a escuchar a fondo y entre todos encontraran la solución. Hasta han habido oportunidades que han criticado a sus padres cuando sienten que han sido injustos.

Nace Estrella. Al fin una niña!!! La familia López está muy feliz!
Cuando Estrella tienes tres años la madre la inscribe en una guardería y toma un trabajo de medio día. La familia se reúne y Pablo, que ahora tiene 12 años y Daniel, con 9 años, saben que tienen que tener responsabilidades adicionales porqué la madre ahora trabaja, las discuten, se hacen modificaciones de acuerdo a la opinión de todos y ellos aceptan sus nuevas responsabilidades. En esa misma reunión Pablo dice que quiere clases de guitarra. Los padres aceptan con gusto.
Cuando Pablo tiene 14 años él anuncia en una reunión familiar que quiere fundar un conjunto con otros amigos y que quieren practicar algunas veces en la casa. Se discute esta propuesta y Pablo acepta que puede tocar en el conjunto siempre y cuando sus notas no bajen.
Al año siguiente al Sr. López lo honran con un reconocimiento de la comunidad donde viven. El Sr. López ha estado trabajando en algunos ratos libres para mejorar y organizar la comunidad. La familia se siente muy orgullosa.
Cuando Daniel tiene 12 años participa en un grupo teatral en el colegio y ganan una competencia entre los colegios del area. La familia López se siente muy orgullosa de Daniel.

La familia López no es un equipo de béisbol o fútbol, pero funciona como un equipo.
  • Cada uno tiene su rol y sus responsabilidades y éstas son conocidas por el resto de la familia (como en un equipo). Y todos contribuyen al funcionamiento y éxito dela familia.
  • Los padres saben claramente lo que esperan de sus hijos en un futuro. Esperan cosas que siempre han sido importantes para ellos: por ejemplo, que sean buenos estudiantes, buenos deportistas, buenos representantes de la comunidad latina y que desarrollen sus talentos.
  • La comunicación en la familia López es clara. Los niños sienten que los escuchan y que pueden aportar ideas y hasta pueden criticar a sus padres si perciben alguna injusticia.
  • Los niños saben que son importantes para sus padres y están orgullosos de su familia. Sienten que son una familia unida y muy especial.

¿Por qué el futbolista colombiano no estudia?


JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ - DIARIOADN.CO



PREOCUPA LA FALTA DE ESCOLARIDAD EN JUGADORES. ALGUNOS INTENTOS BUSCAN REVERTIR TENDENCIA.

 El ‘Boricua’ Zárate pasa sus días en medio del olvido y la desprotección como exfutbolista profesional. Fue un recio zaguero central de la Selección Colombia subcampeona de América en 1975, pero después de su retiro pasó las verdes y las maduras. Sin afiliación a la seguridad social y sin empleo, afrontó una cruda diabetes que lo llevó a la amputación de una pierna. Un sombrío final para uno de los afamados futbolistas de los años 70.

Claro que el panorama de Zárate no es ajeno para muchos de los exfutbolistas que no ahorraron en tiempos de bonanzas y terminaron viviendo las mismas penas del  ‘Boricua’ después de colgar los guayos. La ausencia de una segunda profesión o de capacitación en otro oficio, dificultan la subsistencia de los deportistas que se ilusionaron con ingresos astronómicos y terminaron solo con monedas en sus cuentas bancarias. (‘Al deportista siempre le va a quedar tiempo para estudiar’: Agustín Julio).

La ausencia de una segunda carrera preocupa no solo a futbolistas, sino a directivos de los clubes y las agremiaciones de deportistas. En diálogo con DIARIOADN.CO, Carlos González Puche director de Acolfutpro, manifestó la inquietud en las diferentes asociaciones de jugadores en el mundo que iniciaron en el último quinquenio la construcción de elementos y herramientas para que los futbolistas activos cursen una segunda carrera.

“No tienen una estructura intelectual ni una formación integral.  Se concentran en la carrera del fútbol y pierdan el contexto. Eso sucede en muchos casos, no se puede generalizar porque hay otros jugadores que se preparan para afrontar lo que se viene después del retiro. La preocupación debe ser diaria porque se malgasta el tiempo libre que se puede dedicar para construir un mejor futuro”, explica González Puche. (Fiorillo, doctor con historia y gambeta).
Pese a la problemática en el balompié colombiano, no existen estudios ni datos que sinteticen el nivel académico de los deportistas. DIARIOADN.CO intentó buscar cifras oficiales del nivel de escolaridad de los jugadores. Al consultar a los clubes profesionales estos anunciaron no tener ese tipo de información en la base de datos de los futbolistas.

De igual forma, consultado sobre el específico, Iván Novella, gerente de la División mayor del fútbol colombiano (Dimayor) manifestó que no tienen censo de escolaridad en el rentado patrio. Acolfutpro tampoco cuenta con este tipo de información.

Oscar Astudillo, presidente del Deportivo Cali, cree que la mayor dificultad para adelantar estudios durante la alta competencia radica en la insuficiencia de tiempo por las concentraciones, partidos y desplazamientos a otros estadios.

“No disponen de mucho tiempo y eso explica el por qué no desarrollan carreras de tipo universitario. En Europa los jugadores tampoco se gradúan de la universidad en números altos. Cuando terminan su carrera de futbolistas, optan por prepararse e ir a la universidad. No todos ganan lo suficiente como para costearse una carrera en una universidad privada”, sostiene Astudillo.

Convenios para estudiar


En la actualidad, Acolfutpro tiene dos convenios de capacitación para sus afiliados y negocia la vinculación de otra academia. El primero se firmó con la Asociación de técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) que imparte a distancia el curso de técnico de fútbol. (El futbolista que se retiró para ser diseñador gráfico).
Con un descuento del 25 % sobre la matrícula, 33 jugadores activos lo están realizando, entre ellos Andrés Orozco del Envigado, ‘Choronta’ Restrepo y Víctor Cortés del Itagüí, Héctor Hurtado del América, Mayer Candelo y  ‘Chusco’ Sierra de Millonarios, Ricardo Calle, integrante del cuerpo técnico del Medellín y Mauricio Restrepo de Boyacá Patriotas.

“Le damos una importancia altísima al adelantar otra carrera. Muchos jugadores pierden el horizonte porque no tienen ninguna formación. Llega la fama y el dinero y eso les impide surgir de mejor manera por el bajo nivel educativo que se adquiere”, asegura Mauricio Restrepo, quien culminó el módulo de sicología en la carrera de técnico de la AFTA.
 

Otra alternativa es la vinculación a la oferta académica de la Escuela Nacional del Deporte que queda ubicada en Cali. A diferencia de la ATFA, esta institución no vincula los futbolistas que carezcan de escolaridad.

La tercera opción es un convenio que se gestiona con una universidad del área andina con la que se gestiona la carrera de formación en administración deportiva y en otros aspectos afines. La Asociación está esperando la respuesta para que los futbolistas empiecen a estudiar a distancia.